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Música

Wolfgang Mozart y la ópera alemana

por David Shavin - agosto de 1991

A mediados de 1781, el emperador José II de Austria escogió al genio musical Wolfgang Amadeus Mozart, entonces de apenas 25 años de edad, para componer la ópera El rapto en el serallo, para la visita de Estado que hizo a Viena el gran duque Pablo de Rusia, hijo de Catalina la Grande.

Mozart —los 200 años de cuya muerte conmemoramos en diciembre de 1991— acababa de llegar a Viena, tras romper con el arzobispo Colloredo de Salzburgo, patrón de su padre. El emperador José tenía menos de un año en posesión plena del trono del imperio austrohúngaro, a partir de la muerte de la corregente, su madre María Teresa, acaecida el noviembre anterior. Todavía estaba por decidirse la suerte de los insurgentes que peleaban en las colonias britanicas de América. Y la corte rusa presionaba a José a que no haciera caso de los acontecimientos de América y se le sumara en una aventura colonial contra los turcos, que para entonces ya no eran una amenaza seria para Europa.

En un año, Mozart logró una victoria cultural y política sorprendente, los insurgentes americanos le dieron una paliza al imperio británico en Yorktown, y José desbarató los planes de guerra de Rusia, con lo que ganó varios años para intentar basar Austria sobre sus reformas educativa y cultural.

Al mismo tiempo, Mozart cambió algunas de las reglas del juego, en parte redefiniendo la práctica de la ópera, enfrentado a una oligarquía enfurecida que no dudaba en amenazar y hasta encarcelar a sus seres queridos, amigos y aliados. Mozart raptó la victoria política de un serrallo de intrigantes oligarcas, agitados por la posibilidad de que la política republicana saliera triunfante.

La historia de Mozart revela cómo, en manos de un artista que entienda que la razón y la belleza son idénticos moralmente, el arte se convierte en causa poderosa de acontecimientos históricos para el beneficio general de la humanidad.

Cuando Mozart llegó a Viena ya había viajado por toda Europa, pues desde su niñez cobró fama como un prodigio en la interpretación y la composición musical. Nacido en 1756, hijo del eminente compositor de Salzburgo Leopoldo Mozart, el joven Mozart absorvió las culturas musicales de centros tan diversos como Nápoles y Londres, y tambien tuvo bastantes oportunidades de observar la asfixia política y social de Europa por parte de las oligarquías dominantes, obsesionadas por el odio a la razón y la creatividad.

Los primeros contactos de Mozart con la corte de José II en la Viena de 1781 incluyeron un grupo de aristócratas progresistas, interesados en la tesis "americana" de que la libertad es una fuente de desarrollo mucho más rica para su sociedad que la servidumbre favorecida por alguno de sus pares. El mismo emperador José, 16 años antes, había expresado ideas similares en una carta a su madre, la emperatriz María Teresa: "Todos los hombres son iguales desde el nacimiento: sólo heredamos la vida animal de nuestros padres y en eso no hay la mas mínima diferencia entre el rey, el conde, el ciudadano libre y el campesino. Creo que ninguna ley divina o natural se opone a esa igualdad".

La primera alumna de Mozart en Viena fue la condesa María Carolina Thunnes de Rumbeke, prima del conde Juan Felipe Cobenzl. El conde Cobenzl, canciller de Estado y uno de los colaboradores más cercanos de José, invitó a Mozart a su casa y a pasear por su famoso parque. Mozart tuvo que apreciar el contraste entre ese culto canciller de Estado del imperio austrohúngaro y la conducta salvaje del conde Arco de Salzburgo (factótum del reciente patrón de Mozart, arzobispo Colloredo, que le había dado un puntapié en el trasero a Mozart).

De 1780 a 1785, José intentó, con cierto éxito, hacer varias reformas, entre ellas la libertad a los siervos y el impulso a la tecnología agrícola moderna junto con los avances en la metalurgia y la química.

Su proyecto de un Teatro Nacional no fue la menor de las iniciativas de José. Antes de establecer su Teatro Nacional Alemán en 1776, José habia visitado al famoso escritor Gotthold Lessing, quien comentó que el emperador "es un gran hombre. Sin duda, será el primer monarca en dar a los alemanes un teatro nacional", idea tanto más extraordinaria "cuando los alemanes ni siquiera somos una nación". La gentil humorada de Lessing se refería a una cuestión fundamental: el enriquecimiento del lenguaje hablado en la clase media en ciernes era fundamental para construir una nación.

José luchó contra el prejuicio de la nobleza vienesa de que las clases más bajas no tenían necesidad de belleza. La ópera italiana era para el entretenimiento de las clases altas; las masas se podrían alimentar de corrientadas alemanas. El Teatro Nacional de José dio abrigó a un híbrido original, el Nationalsingspiel, en que se le enseñaría a cantar al alemán. La idea encontró en Mozart un simpatizante dispuesto. Antes de llegar a Viena, había trabajado en la ópera alemana Zaída, la cual presentó a a la corte de José en forma incompleta, como una muestra de su interés en ver realizado el proyecto del Nationalsingspiel.

Aun antes, cuando se difundieron las noticias del proyecto de José, Leopoldo Mozart, siempre atento a las oportunidades para su talentoso hijo, le preguntó a un amigo de Viena. El 23 de enero de 1778, el amigo escribió a Leopold: "Si tu hijo asumiere la tarea de componer alguna buena ópera cómica alemana, ofrecerla a la discresión de Su Majestad, y luego esperar la decisión", podría surtir efecto. El amigo le contó a Leopold que el poeta Wieland apenas le había escrito desde Mannheim que "Mannheim le cambió todas las opiniones que siempre habia tenido sobre la música". El hijo de Leopold llevaba tres meses en Mannheim. ¿Qué hizo Mozart con la música durante ese lapso?

Wolfgang Amadeus Mozart puso mucho interés en las obras del teatro de Mannheim y colaboró en esa dinámica institución con el barón Otto von Gemmingen en el melodrama (ahora perdido) Semíramis. El barón Gemmingen, era miembro de un grupo selecto de conspiradores dedicados a promover las cuestiones de la Revolución Americana.

No pudo escoger José mejor compositor. Mozart, en los pocos años que le quedaban de vida, creó efectivamente la ópera alemana y le dio a la cultura universal algunos de sus mejores expresiones.

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