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Artículos especiales

Humboldt y la familia Mendelssohn

Toda su vida, los hermanos Humboldt disfrutaron de una singular e intensa relación con la familia de Moisés Mendelssohn (1729–1786) y círculos intelectuales judíos relacionados. La importancia de Mendelssohn, y de su colaboración con Gotthold Ephraim Lessing, se ha discutido en un número especial de la revista Fidelio, del verano de 1999 (publicado por el Instututo Schiller). Su colaboración fue la base para echar a andar el periodo clásico alemán, y giró en torno a la defensa y restablecimiento de la obra de Godofredo W. Leibniz y Juan Sebastián Bach, contra las maquinaciones de Voltaire y otros fanáticos newtonianos. El primer contacto que hubo entre los Mendelssohn y los Humboldt data de 1783, cuando el tutor de matemáticas de Alejandro y Guillermo, E.G. Fischer, daba clases a los hermanos Humboldt y a los dos hijos de Moisés Mendelssohn juntos. El propio Moisés, entonces al final de su vida, se convirtió en mentor de Guillermo. Alejandro se relacionó con sus hijos, especialmente con Joseph (1770–1848) y Nathan (1782–1852), quienes fueron sus amigos toda la vida.

La familia Mendelssohn fungió como una especie de red de seguridad financiera para Alejandro toda su vida, pues su devoción a sus viajes y publicación de sus obras menguó y, más tarde, acabó con su herencia. Por ejemplo,en 1799, cuando Alejandro se encontraba en España tras haber por fin conseguido permiso para su viaje a SudaÌÌmérica, sus arreglos bancarios habituales se vinieron abajo, y sólo un retiro de último minuto de la cuenta de la familia Mendelssohn permitió su partida. Del mismo modo, en 1819, fueron los Mendelssohn y el banco Fraenkel los que salieron al paso estableciendo una línea de crédito en París para que Alejandro comprara los instrumentos y libros que necesitaba. En cierto momento, tras su regreso a Berlín en 1827, casi echan de su departamento a Alejandro en la Oranienburger Strasse, cuando el dueño decidió vender el edificio. En secreto, la familia Mendelssohn compró el edificio e hizo arreglos para que Humboldt viviera el resto de su vida en el departamento sin aumentos en la renta.

Pero Humboldt encontró en la familia Mendelssohn mucho más que asistencia financiera. Hubo una notable colaboración científica e intelectual. En 1805, en su primer viaje de regreso a Berlín desde que regresara de las Américas, trabajó con Nathan Mendelssohn en algunos instrumentos físicos innovadores, diseñados por el propio Nathan. Humboldt mostró estos instrumentos en la Academia de Ciencias de Berlín.

En 1828, a Félix Mendelssohn, nieto de Moisés e hijo de Abraham Mendelssohn, se le encomendó escribir una cantata especial para celebrar la gran conferencia científica internacional que Humboldt organizó ese año. La obra, conocida después como la “Cantata de Humboldt,” la escribió para cuatros voces masculinas y una orquesta de bajos y violoncelos, trompetas, cornos y clarinetes, con una letra de Ludwig Rellstab que celebraba el triunfo de la armonía de la mente sobre el caos de los elementos. Uno Üntde los “leibnizianos” de mayor renombre de Inglaterra en la conferencia, Charles Babbage, escribió que, tras una caminata con Humboldt, “discutiendo las singularidades de varios de nuestros conocimientos aprendidos”, ambos mantuvieron sus posiciones, y “nos encontramos de nuevo en el lugar más exquisito de todos, un concierto con los Mendelssohn”. Las propias investigaciones de Humboldt sobre magnetismo se revigorizaron por el contacto con la conferencia científica de Gauss, que tuvo lugar en instalaciones especiales construidas en la propiedad de Abraham Mendelssohn. La siguiente descripción de Kellner da una imagen de este extraordinario momento:

“. . .se instaló un cobertizo antimagnético especialmente construido, en el que todas las partes de metal eran de cobre, en el jardín de la casa de Abraham Mendelssohn Bartholdy. . . el cobertizo de Humboldt estaba en una esquina del jardín, no muy lejos de la casa de verano donde Félix. . . y su hermana mayor [Fanny] componían música por las tardes y practicaban para el gran acontecimiento musical de la primavera de 1829, la interpretación de la recién descubierta Pasión de san Mateo [de J.S. Bach], cien años después de que se tocara por primera vez”.

En sus últimos años, tras la muerte de su hermano Guillermo en 1835, la familia Mendelssohn —en especial Joseph y su esposa— se convirtió en la propia familia de Alejandro, con quienes pasaba sus cumpleaños y otras ocasiones especiales.

No es ninguna sorpresa que Alejandro no fuera grato en Alemania durante los años del nazismo, acusado de “filojudaísmo”.

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